El año pasado participè en un taller con personas que querìan encontrar la forma de hacer mas eficiente sus labores y gestionar mejor sus ingresos. Recuerdo que en una de las sesiones, nuestro profesor dijo que el se habìa reinventado hasta cuatro veces. Habìa renunciado a trabajos , habìa empezado otros proyectos y en el camino tambièn los habìa dejado y no se arrepentìa . Tomaba cada una de estas labores como grandes experiencias que lo habìan hecho crecer. contaba todo esto como un reto para quienes lo escuchabamos.Decìa que al menos deberìamos intentar reinventarnos en alguna ocasiòn, empezar otra vez de cero.
Pocos en la clase habìan dejado atràs profesiones o empresas para hacer algo diferente. A algunos màs bien sus trabajos los habìan apartado . Habìan quedado al margen de lo que por tantos años hacìan y sin muchas opciones no encontraban el camino correcto para volver a sentirse ùtiles y satisfechos.
En realidad quien decide cambiar de trabajo, de profesiòn, o de negocio, no comienza desde cero. Carga sobre la espalda vivencias anteriores a las que puede sacarle provecho para no trastabillar. Por los casos que conozco , volver a empezar le exige a uno un caràcter especial, una renuncia a un estado de comodidad, y decidir sobre todo cuales son sus prioridades, si lo es el dinero , el reconocimiento o la tranquilidad.
En este sentido, cerrar una empresa para iniciar otra en un rubro distinto no deberìa ser tomado como una señal de fracaso . Todo lo contrario . Quien tiene el impulso para bajarse del carro a mitad de camino , es en verdad quien se cansò de que todo siga un curso tan monòtono, es el que tiene las ganas de un muchacho por ser grande....
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