Ir al contenido principal

volver a empezar...

El año pasado participè en un taller con personas que querìan encontrar la forma de hacer mas eficiente sus labores y gestionar mejor sus ingresos. Recuerdo que en una de las sesiones, nuestro profesor dijo que el se habìa reinventado hasta cuatro veces. Habìa renunciado a trabajos , habìa empezado otros proyectos  y en el camino tambièn los habìa dejado y no se arrepentìa . Tomaba cada una de estas labores como grandes experiencias que lo habìan hecho crecer. contaba todo esto como un reto para quienes lo escuchabamos.Decìa que al menos deberìamos intentar reinventarnos en alguna ocasiòn, empezar otra vez de cero.
Pocos en la clase habìan dejado atràs profesiones o empresas para hacer algo diferente. A algunos màs bien sus trabajos los habìan apartado . Habìan quedado al margen de lo que por tantos años hacìan y sin muchas opciones no encontraban el camino correcto para volver a sentirse ùtiles y satisfechos.
En realidad quien decide cambiar de trabajo, de profesiòn, o de negocio, no comienza desde cero. Carga sobre la espalda vivencias anteriores a las que puede sacarle provecho para no trastabillar. Por los casos que conozco , volver a empezar le exige a uno un caràcter especial, una renuncia a un estado de comodidad, y decidir sobre todo cuales son sus prioridades, si lo es el dinero , el reconocimiento o la tranquilidad.
En este sentido, cerrar una empresa para iniciar otra en un rubro distinto no deberìa ser tomado como una señal de fracaso . Todo lo contrario . Quien tiene el impulso para bajarse del carro a mitad de camino , es en verdad quien se cansò de que todo siga un curso tan monòtono, es el que tiene las ganas de un muchacho por ser grande....

Comentarios

Entradas populares de este blog

ESTAR PRESENTE

Ayudar en forma anónima nos quita la posibilidad de dar otro regalo: nuestra presencia. Cuando una persona está enferma o tiene una carencia, no solo podemos ayudarla con algo material (por ejemplo, dinero), sino también con nuestra presencia. La calidez de un abrazo, una sonrisa cariñosa o una mirada comprensiva pueden ser un auténtico bálsamo cuando hay dolor o necesidad. Nuestra persona, en sí misma, puede ser un valioso regalo para otro ser humano. Rebeldita

...si...lo aprendí...

  “Una cosa yo he aprendido de mi vida al caminar, no puedo ganarle a Dios, cuando se trata de dar. Por más que yo quiero darle, siempre me gana Él a mi, porque me regresa más de lo que yo le pedí. Se puede dar sin amor, no se puede amar sin dar, si yo doy no es porque tengo, más bien tengo porque doy. Y cuando Dios me pide, es que me quiere dar, y cuando Dios me da, es que me quiere pedir. Si tu quieres, haz el intento y comienza a darle hoy, y verás que en poco tiempo tu también podrás decir: Una cosa yo he aprendido de mi vida al caminar, no puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar.

Me preguntaba mil veces sin respuesta por qué mi cruz doblaba mis espaldas...

Hablé con Dios mirando las estrellas, y sollozando dije: -"Es muy pesada". Dios me hizo ver con toda su paciencia cuánto y por qué, equivocado estaba; y poco a poco empecé a darme cuenta, que mi cruz tornábase liviana.  Vi pasar miseria tan inmensa colgada en los harapos de una anciana. Vi a un joven muriendo de tristeza por una enfermedad que lo acosaba. Una madre con toda su entereza, a su hijito con dolor sepultaba. También vi el hambre reflejada en la familia que sin trabajo estaba. Luego miré mis manos... vivas, sanas, sobre ellas mi cruz se destacaba. De pronto dijo Dios: "Di cuánto pesa", y yo le dije: "Señor... no pesa nada".