Ir al contenido principal

Te voy a explicar algo....




Voy a explicarte algo. La vida es como un viaje en tren. En un momento dado, entras en una estación que no puedes elegir. Eres nuevo allí. Si tienes suerte, habrás caído en una por la que pasan muchos trenes que conectan con muchas estaciones. Si no, estarás en una vía muerta de la que, de querer salir, te tocará salir corriendo hasta que las piernas te lo permitan, y probablemente este viaje te mate de inanición antes de que llegues a alguna parte. Pero no es tu caso, tú has nacido en una estación de las buenas, por eso eso sabes leer, por eso sabes interpretar metáforas y por eso tienes un ordenador con conexión a Internet para poder acceder a este texto.

Al principio te sientes asustado. No dejas tu estación, salvo en contadas ocasiones de la mano de tus padres o de alguien que haga las veces de tutor. Te acomodas a sus bancos, su paisaje, sus andenes, y el ruido de los trenes es tan familiar que apenas eres consciente de que pasan. Existe un peligro, y es que cuando crezcas te hayas acomodado tanto en tu estación que jamás llegues a coger un tren. Podría no ser del todo malo, pues en tu estación puedes estar cómodo, tener comida y gente que te quiere. No me malinterpretes, todo eso está muy bien si no aprecias demasiado tu alma. Quedándote en ella tú sobrevivirás, pero irás matando a tu alma de inanición, pues ésta se alimenta de experiencias, y tú no tendrás ninguna que darle. Si decides quedarte, arrebújate bien bajo tu abrigo y deja pasar los inviernos que cada vez serán más fríos y más largos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

ESTAR PRESENTE

Ayudar en forma anónima nos quita la posibilidad de dar otro regalo: nuestra presencia. Cuando una persona está enferma o tiene una carencia, no solo podemos ayudarla con algo material (por ejemplo, dinero), sino también con nuestra presencia. La calidez de un abrazo, una sonrisa cariñosa o una mirada comprensiva pueden ser un auténtico bálsamo cuando hay dolor o necesidad. Nuestra persona, en sí misma, puede ser un valioso regalo para otro ser humano. Rebeldita
DE MI PERRO APRENDI , QUE CUANDO ALGUIEN HA TENIDO UN MAL DIA , NO HACE FALTA MAS QUE GUARDAR SILENCIO, SENTARSE CERCA Y ACOMPAÑARLO

...si...lo aprendí...

  “Una cosa yo he aprendido de mi vida al caminar, no puedo ganarle a Dios, cuando se trata de dar. Por más que yo quiero darle, siempre me gana Él a mi, porque me regresa más de lo que yo le pedí. Se puede dar sin amor, no se puede amar sin dar, si yo doy no es porque tengo, más bien tengo porque doy. Y cuando Dios me pide, es que me quiere dar, y cuando Dios me da, es que me quiere pedir. Si tu quieres, haz el intento y comienza a darle hoy, y verás que en poco tiempo tu también podrás decir: Una cosa yo he aprendido de mi vida al caminar, no puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar.