Ir al contenido principal

QuE nO tE dE mIeDiTo...cuenta conmigo....

A la mayoría de nosotros nos asustan los retos que día a día la vida nos propone para crecer y evolucionar. Y lo triste no es que nos asusten, porque somos humanos y el miedo es una de las emociones que más necesaria es y que más nos apoya, sin él nos arriesgaríamos muchas veces sin necesidad poniendo en peligro nuestra existencia en la tierra. El miedo nos hace ser prudentes y pensarnos las cosas dos veces antes de hacerlas. Pero cuando nos asustamos y nos quedamos paralizados por los retos necesarios para nuestra evolución, aquí es cuando tenemos un verdadero problema, porque todavía no hemos aprendido, que cuando se nos plantea uno, potencialmente en su interior se haya la solución. No es la enormidad o la pequeñez del reto que se nos plantea, sino la creencia de que no somos capaces, de que "no podemos" llevar adelante tamaña empresa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

ESTAR PRESENTE

Ayudar en forma anónima nos quita la posibilidad de dar otro regalo: nuestra presencia. Cuando una persona está enferma o tiene una carencia, no solo podemos ayudarla con algo material (por ejemplo, dinero), sino también con nuestra presencia. La calidez de un abrazo, una sonrisa cariñosa o una mirada comprensiva pueden ser un auténtico bálsamo cuando hay dolor o necesidad. Nuestra persona, en sí misma, puede ser un valioso regalo para otro ser humano. Rebeldita

Me preguntaba mil veces sin respuesta por qué mi cruz doblaba mis espaldas...

Hablé con Dios mirando las estrellas, y sollozando dije: -"Es muy pesada". Dios me hizo ver con toda su paciencia cuánto y por qué, equivocado estaba; y poco a poco empecé a darme cuenta, que mi cruz tornábase liviana.  Vi pasar miseria tan inmensa colgada en los harapos de una anciana. Vi a un joven muriendo de tristeza por una enfermedad que lo acosaba. Una madre con toda su entereza, a su hijito con dolor sepultaba. También vi el hambre reflejada en la familia que sin trabajo estaba. Luego miré mis manos... vivas, sanas, sobre ellas mi cruz se destacaba. De pronto dijo Dios: "Di cuánto pesa", y yo le dije: "Señor... no pesa nada".

...si...lo aprendí...

  “Una cosa yo he aprendido de mi vida al caminar, no puedo ganarle a Dios, cuando se trata de dar. Por más que yo quiero darle, siempre me gana Él a mi, porque me regresa más de lo que yo le pedí. Se puede dar sin amor, no se puede amar sin dar, si yo doy no es porque tengo, más bien tengo porque doy. Y cuando Dios me pide, es que me quiere dar, y cuando Dios me da, es que me quiere pedir. Si tu quieres, haz el intento y comienza a darle hoy, y verás que en poco tiempo tu también podrás decir: Una cosa yo he aprendido de mi vida al caminar, no puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar.