Ser autodidacta tiene una ventaja: aprendes con mucha profundidad; es decir, se interioriza mucho lo aprendido. Y tiene un inconveniente, y grande: se tarda demasiado en asimilar las cosas. Un proverbio chino dice: "Una sóla conversación con un sabio equivale a un mes entre libros".
Hay mucha gente que ya ha recorrido el mismo camino que tú recorrerás. Es cierto que cada vida es única, y nadie la puede vivir por ti, pero hay principios, claves y pautas que forman parte de las leyes universales. Por ejemplo: nunca ganes dinero acosta de los demás, se volverá en tu contra.
Pero un buen mentor no sabe sólo de dinero o negocios, sabe, sobre todo, de la vida. Sabe transmitir que eres un ser humano integral y que la riqueza material (que es maravillosa, toda riqueza es abundancia) debe estar en armonía con la riqueza emocional y la riqueza espiritual.
No es lo mismo ser un hombre adinerado que un hombre rico. Ser rico es ser feliz. Rico es aquel que ha descifrado y comprendido el lenguaje de la vida. Pocas personas lo logran. La mayoría de las personas recuerdan al El mito de la caverna de Platón; sólo ven sombras por estar encadenados y creen que las sombras es la realidad. Algunos incluso "presumen" y quieren quedar por encima del resto al ver las sombras con más claridad.
Hay un rasgo que distingue al verdadero mentor: su generosidad. Está dispuesto a poner su experiencia, conocimientos, relaciones, tiempo... a disposición de un tercero.
Te preguntarás por qué lo hace. Muy sencillo. Toda persona que ha llegado alto en cualquier ámbito, ha tenido mentores que le han inspirado, le han animado, le han enseñado... Y cuando hablo de mentores, no me refiero exclusivamente a personas físicas. Un libro determinado (que evidentemente está escrito por una persona) te puede dar luz (toda) en un momento especfíco y cambiarte la vida porque te descubre sendas que no hubieses captado de otra manera
Cualquier persona que ha llegado muy arriba, sabe que hay mucha gente que ha influido positivamente en su vida, ya sea directa o indirectamente, y se ve en la necesidad de hacer él lo mismo con otras personas. Diríamos que más que un acto de generosidad es un acto de justicia, esto es, devolver algo de lo que previamente te ha sido dado.
Encontrar buenos mentores no es sencillo (son escasos), pero lo más difícil es que te acepten como pupilo. ¿Y sabes por qué? Porque no les gusta perder el tiempo, y muchas veces saben que todo el mundo desea muchos cosas pero pocas personas tienen el Compromiso, la Disciplina y la Paciencia para seguir el camino que se requiere. Por eso, son gente que cuando los conoces lo primero que hacen es mirar a los ojos, a la profundidad de los ojos, para ver si allí hay madera o no; entendiendo por madera, no el talento, sino la determinación, la voluntad, la valentía y la capacidad de apostarlo todo por un sueño.
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